› MARZO 2008
¿Cómo estudiar Materia Medica? Primera parte.
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez
Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el estudiante de Homeopatía es la vastedad de información con respecto a las Patogenesias expuestas en los textos de Materia Medica, problema que se agrava día a día con la consiguiente expansión de los conocimientos homeopáticos y los hallazgos clínicos. Así, nos podemos encontrar medicamentos con un caudal de información sintomatológica que resulta apabullante y vertiginosa. Un ejemplo simple puede ser la patogenesia expuesta en Vijnovsky sobre Causticum, donde se suceden párrafos enteros de información. Para un estudiante que se encuentra por vez primera con ese medicamento, la información es tan desmesurada que difícilmente podrá hacerse una imagen clara y concisa. Es común también, escuchar comentarios de lectores que al intentar comparar las diferentes versiones de un mismo medicamento en distintas Materias Medicas sólo consiguen confundirse más y perder lo esencial de cada remedio. Y aunque esa es una de las formas más efectivas y fidedignas de encontrar la imagen del remedio, es preciso saber qué textos son los ideales. En el presente artículo se exponen algunas sugerencias simples para poder construir imágenes más nítidas y útiles de los medicamentos que el estudiante –y el homeópata en general- está analizando y conociendo.
1. La elección de los textos. Existen diferentes tipos de libros de Materia Medica. Lo ideal es que el estudiante tenga acceso a, por lo menos, uno de cada tipo. Una patogenesia puede ser expuesta, en las obras tanto clásicas como modernas, de seis maneras diferentes, ya que las Materias Medicas pueden clasificarse, por su extensión, en resumidas o enciclopédicas; por su forma de clasificar y jerarquizar los síntomas, en jerarquizadas y no jerarquizadas; y por la forma de describir la patogenesia, en estructuradas y narradas. Todas las Materias Medicas en español son resumidas, aunque la de Vijnovsky y la de Clarke pueden parecer enciclopédicas. Una Materia Medica enciclopédica es aquella que cubre la totalidad de los síntomas de una Patogenesia, aunque esta contenga miles de signos, síntomas y rasgos. En su tiempo la Enciclopedia de Allen y los Síntomas Guías de Hering (ambas en inglés) fueron Materias Medicas enciclopédicas. En la actualidad lo más cercano a un texto de esta índole sería la Materia Medica Viva (aún incompleta) del maestro George Vithoulkas. Una Materia Medica verdaderamente enciclopédica, en la actualidad sólo puede obtenerse realizando extracciones informáticas de los Repertorios más modernos y actualizados, como el Synthesis 9.1, y tendría una extensión de muchos miles de páginas. Para fines de estudio inicial no se recomiendan las Materias Medicas enciclopédicas. Las Materias Medicas jerarquizadas son aquellas que expresan los síntomas de las patogenesias con diferentes tipos de letra a fin de señalar aquellos que son más notables o poseen un mayor valor clínico o incluso repertorial. Así, este tipo de textos, como Vannier o Vijnovsky, utilizan hasta 3 diferentes tipografías para gradar los síntomas. Las no jerarquizadas exponen los síntomas sin diferenciar cuáles son más notables o importantes. Todos los síntomas tienen la misma grafía. El ejemplo más claro de este tipo es la Materia Medica de Chiron, la cual expone gran variedad de sintomatología pero sin señalar cuál es más importante. Por último, las Materias Medicas narradas son más descriptivas y semejantes a un relato, y aunque pueden llevar un orden interior en la exposición de los síntomas, o gradar los síntomas, esto no suele ser tan obvio. El ejemplo por excelencia de este tipo de textos es la obra de Kent. Las Materias Medicas estrcutruradas, por el contrario, y como su nombre lo indica, están ordenadas en segmentos o pequeños apartados que versan sobre las diferentes áreas del paciente. Los ejemplos más claros son la de Lathoud y la de Chiron. Para alguien que está comenzando sus estudios, lo más idóneo será que sus textos sean, sobre todo, resumidos, jerarquizados y estructurados para un primer acercamiento hacia el medicamento, pero sin limitarse jamás a un solo tipo; una vez comprendidos los aspectos más esenciales y distintivos, puede abordarse la atenta lectura de un texto narrado (como el de Kent) o el abordaje de una Materia Medica no jerarquizada, que permita expandir la imagen del remedio, pero sobre una base ya construida en la mente del estudiante. Un texto enciclopédico sólo es útil para aquellos que tienen mucho tiempo estudiando o desean ampliar el conocimiento de cierto remedio o de un área determinada de algún medicamento.
2. Analizar y sintetizar. Algo muy importante al estudiar un medicamento es tener en cuenta que hay dos caminos para ahondar en el mismo. Una vía es la analítica, que consiste en examinar y considerar todos los signos, síntomas y rasgos notables del medicamento, dedicando especial atención a las modalidades y concomitancias que lo hacen único. Para este fin, se puede hacer una lista desde una visión estructurada y jerárquica, anotando lo más relevante y distintivo de cada área: Mental, General y Particular, elaborando subsecciones de cada esfera. Así, podemos dividir los síntomas mentales en Volitivos, Afectivos, Emotivos, Reactivos e Intelectuales, por ejemplo. Dentro de lo mental pueden listarse aquellos rasgos claves de la personalidad. Los deseos y aversiones, tanto vitales como alimenticios, son de especial relevancia también, así como los sueños, las pautas del sueño, todo lo que concierne a su sexualidad (incluyendo los síntomas relativos a la menstruación y a genitales) y sus modalidades climáticas. Todo lo anterior, junto con las grandes modalidades de agravación y mejoría, conforman lo más selecto en cuanto a síntomas Generales. Por último, dentro de los particulares, puede elaborarse una clasificación con base a los diferentes aparatos y sistemas, así como a las diferentes funciones corporales y humanas. La otra vía de compresión sugerida, es a través de la síntesis. Una vez realizado lo anterior, puede elaborarse un resumen de lo más notable. Se recomienda tratar de percibir, en primera instancia, la Esencia del Medicamento (es decir, aquel concepto que explica todos los síntomas, tanto físicos como mentales, así como su proceso de aparición: El medicamento reducido a su mínima expresión), su Síndrome Mínimo Característico de Valor Máximo (la mínima combinación de síntomas, físicos y mentales, que expresa de manera distintiva el genio del medicamento), o su Concepto Clave (una suerte de acento o matiz general que impregna, cual magna modalidad, todos los procesos inherentes al medicamento). Cada homeópata irá desarrollando, de acuerdo a su individualidad y a su intuición personal, herramientas y conceptos que clarifiquen y dibujen, en pocas líneas o conceptos, lo más concluyente y definitivo del medicamento.
3. Comparación y diferenciación. El tercer punto a revisar, por ahora, es el proceso de distinción y sus diferentes niveles. Para poder reconocer con nitidez ciertos síntomas, comúnmente, es útil realizar comparaciones con otros medicamentos que poseen el mismo síntoma pero tratando de modalizar y distinguirlo en cada medicamento. Algo muy importante, en la medida de lo posible, es realizar comparaciones intrínsecas de los síntomas. Así, si estamos diferenciando la Compasión de dos remedios, lo ideal es poder distinguir como es en uno y en otro sin tener que recurrir a los demás síntomas del medicamento. Lo mismo puede hacerse tanto con los síntomas físicos como con los mentales.
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