› ENERO 2011
Hiperactividad en niños
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez
En el presente boletín se analizan los síntomas de los principales medicamentos en los trastornos de conducta infantil denominados comúnmente como “hiperactividad”. En estos mismos se encuadran algunas patologías de índole neurológica o psiquiátrica, pero también muchos desórdenes conductuales generados por vivencias familiares disfuncionales. Más allá de cualquier síndrome diagnosticado, la Homeopatía nos enseña que la clave clínica radica en la correcta y minuciosa descripción de los síntomas, sobre todo aquellos que son peculiares y característicos.
Anacardium: Muy baja autoestima en niños que intentan probarse a sí mismos, al grado de desarrollar una especie de doble personalidad. Sienten dos voluntades, una buena y otra mala. Estos niños se caracterizan por tener impulsos de gran crueldad. Disfrutan haciendo maldades que planean mucho. Duro de corazón, no se compadece por nada. Impulso de maldecir y decir malas palabras. Los niños y adolescentes que necesitan este medicamento suelen tener antecedentes de toda clase de abusos, incluyendo el abuso sexual y la violencia ejercida sobre ellos de manera temprana y reiterativa.
Argentum nitricum: Niños muy impulsivos, anticipados y excitables. Todo los pone nerviosos y los afecta. Trastornos digestivos antes de ir a la escuela por preocupación, anticipan la mínima situación exagerándola en todos sentidos. Gran deseo de cosas dulces. Niños con ideas muy obsesivas, conductas ritualistas o compulsivas. Niños que se agobian en exceso por todo y son muy ansiosos no necesariamente hiperactivos pero que debido a su extrema anticipación y obsesividad, pueden actuar irreflexiva e impulsivamente. Estos niños suelen ser alegres y sociables, positivos y optimistas, pero altamente ansiosos.
Aurum metallicum: En casos donde puede haber reacciones de violencia, sobre todo con gran ira y autodestructividad. Niños muy responsables y con una alta exigencia hacia sí mismos, con padres muy duros o distantes emocionalmente. Los niños Aurum, muy semejantes a los de Natrum mur., pueden parecer muy maduros y sensatos, pero en el fondo guardan, más que resentimientos, una profunda minusvalía acompañada de grave depresión, misma que puede manifestarse, en algunos casos, con reacciones violentas y de gran intolerancia.
Chamomilla: Niños catalogados, más que como hiperactivos o distraídos, reactivos o violentos, como altamente caprichosos. Niños de todas las edades, pero sobre todo entre los 2 y los 6 años, que se caracterizan por hacer rabietas y berrinches con manifestaciones muy intensas. Pueden caer en espasmos del sollozo o tornarse cianóticos por su llanto desaforado. Nada les complace y no saben con precisión qué es lo que desean, o piden algo para rechazarlo de inmediato (como Ipecacuana). Pueden llegar a vomitar debido a la intensidad y persistencia de su llanto.
Coffea: Hiperactividad con euforia, todo lo ve por el lado positivo. Impulsivo en grado extremo. Optimismo activo exagerado (optimismo exagerado pero pasivo: Sulphur). Niños que no pueden dormir porque tienen demasiada energía y quieren jugar. Muy buenas intenciones pero con arrebato e imprudencia, al grado de destruir por torpeza.
Hyosciamus: Niños hiperactivos con comportamiento muy tonto y ridículo, que se ríen de todo (como Cannabis indica) y son reacios a asumir las reglas y convencionalismos sociales propios de su edad. Son sarcásticos, hacen bromas pesadas o desagradables constantemente, quieren llamar la atención a toda costa. Hay un tono de exhibicionismo, no solo de índole sexual, se quitan la ropa y quieren estar desnudos. Precocidad sexual.
Medorrhinum: En casos donde hay gran inteligencia pero con extrema hiperactividad, acompañada a veces de destructividad e impulsos trasgresores, son niños o adolescentes capaces de sacar de sus casillas a sus padres y a la gente de su alrededor. Tienen impulsos geniales, sobre todo de maldad, destruyendo en grado extremo con el mínimo esfuerzo. Muy precoces en todos los sentidos, incluyendo a nivel emocional, intelectual y sexual. Quieren probar todo, al grado de desarrollar una curiosidad malsana y exagerada. Estos niños, junto con los niños Tuberculinum, son los más disruptivos de la Materia Medica.
Nux vómica: Niños y adolescentes muy instintivos, competitivos y deseosos de placer. Niños muy inquietos y traviesos, primitivos y que reaccionan de manera exagerada. Gran seguridad y arrojo, nada parece generarles temor ni agobiarlos, estos niños suelen ser líderes y manifestarse siempre positivos y con gran confianza en sí mismos, pero a la vez suelen confrontar todo tipo de reglas y estructuras. Les fascina pelear y ser litigiosos; son apasionados y reaccionan instantáneamente ante cualquier circunstancia.
Stramonium: Impulsos destructivos extremos, arrebatado y muy reactivo. Destruye de manera sistemática y con gran violencia. Este medicamento es probablemente el más destructivo y violento de todos; el niño tiene crisis de rabia incontenible, en las cuales pareciera estar endemoniado, con pérdida de todo control consciente y de la voluntad. Son niños muy temerosos: Sobre todo a la oscuridad, a estar solos, a los animales. Terrores nocturnos, tiene pesadillas espantosas con espasmos y gritos, con temor exagerado después de despertar, pues sigue percibiendo lo que veía en su sueño. Niños con graves desórdenes de conducta, con antecedentes de abusos o que han tomado demasiada medicación.
Tarentula: Inquietud desbordante y destructiva, niños muy trasgresores, impacientes, presurosos, intolerantes y, sobre todo, incansables, mientras más actividades realizan, más energía parecen tener. Estos niños parece que no necesitan dormir, pueden pasar noches enteras realizando intensas actividades físicas y mentales, sin mostrar el mínimo agotamiento. Son muy inteligentes y hacen bromas muy pesadas. Fácilmente se tornan fuera de control, cualquier cosa los lleva a actos violentos; son niños que comienzan jugando y terminan lastimando seriamente a otros. Gustan de los colores brillantes y la música rítmica.
Tuberculinum: Mente muy brillante y genial pero con gran insatisfacción es la clave de este remedio homeopático. El niño Tuberculinum es altamente destructivo, desequilibra cualquier entorno, todo lo altera; niños capaces de devastar todo su núcleo familiar. Siempre quiere cosas diferentes, cambiar, liberarse de lo que tiene y debe hacer; al no poder hacerlo continuamente, tiende a destruir todo lo que le rodea. Deseo de vagabundear. Temperamento muy violento con gran crueldad hacia los animales e, incluso hacia otros niños. La felicidad de otros lo altera profundamente ya que él no encuentra motivo para sentirse pleno y satisfecho, así, boicotea la alegría de los demás aún a costa de su propia integridad.
Veratrum álbum: Niños hiperactivos, desbordantes, que nunca se agotan, que pueden realizar varias tareas a la vez. Muy soñadores, viven en sus fantasías a la vez que están en actividad constante, llegando a confundir lo real con lo imaginario. Pertinaces y perpetuamente activos, pero no necesariamente destructivos. Pueden sentirse especiales y mostrarse arrogantes y desdeñosos, niños que mienten de manera premeditadas y fingen enfermedades. Los niños Veratrum duermen muy poco y parece que nunca están plenamente conectados a la realidad circundante.
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