› ENERO 2016
Syphilinum
Por Gilberto Quintero Ramírez
La esencia de este nosode es la identificación desde su identidad y personalidad con la muerte y con todo lo que esta simboliza: lo oscuro y lo bizarro, la degradación progresiva de la vida misma, así como todo lo que gravita en torno de la perversión humana y la trasgresión de toda índole. Hay una propensión hacia la depravación y un afán, consciente o inconsciente, de ir más allá de los límites establecidos y los convencionalismos. Este impulso de trasgresión es común a los grandes nosodes: así lo encontramos también en Medorrhinum, motivado por la curiosidad más desbordada e insaciable; en Tuberculinum, por la insatisfacción más profundamente instaurada; y en Carcinosin por el deseo incontenible de conocimiento y entendimiento. Syphilinum es uno de los más grandes Nosodes, por ello está indicado en estados de profundo bloqueo de la Energía Vital, donde la condición humana no puede resarcirse por sí misma y, sobre todo, en casos de instaurada cronicidad donde el remedio aparentemente bien indicado parece no actuar. La modalidad más importante de este medicamento es la agravación, física y mental, crónica y aguda, en la noche. Toda su sintomatología, además, se caracteriza por una gran destrucción tisular y una tendencia hacia toda clase de disfunciones orgánicas, sobre todo de las más severas y crónicas.
Los individuos Syphilinum pueden o no ser geniales, como la mayoría de los grandes Nosodes, pero siempre serán excéntricos y muy solitarios, presentando una fascinación creciente y enfermiza por todo lo que tenga que ver con la muerte, lo sobrenatural y con la degradación del cuerpo humano y lo vivo. Así, la fascinación por la muerte puede observarse desde edades muy tempranas; estos niños, como Calcarea carbonica, pero de una manera mucho más morbosa, harán preguntas sobre el fin de la vida y, sobre todo, por el proceso de descomposición y deterioro después de morir. Los niños Syphilinum, y al contrario de Calcarea carbonica, pueden sentirse atraídos por temas grotescos, bizarros y escatológicas, las historias cruentas y horribles le fascinan, así como las películas criminales o de terror. Como Stramonium, puede verse impresionado por este tipo de relatos pero, muchas veces, se verá más bien influido o inspirado. En casos extremos y de franca patología, estos individuos pueden ser capaces de matar a algún animal o, incluso, a su mascota, para enterrarlo y desenterrarlo cíclicamente, y así poder observar de primera mano el proceso de descomposición de su cuerpo. Pueden llegar a coleccionar cuerpos secos y momificados de pequeños animales o insectos, así como huesos o insectos de toda clase. Todo lo que es grotesco y atípico les llama profundamente la atención.
Hay una cierta tendencia a la maldad y a la trasgresión, como en Hepar sulphur y Mercurius. Es el más obsesivo-compulsivo de la Materia Medica, mucho más que Arsenicum (en quien la obsesividad va unida a un afán acumulativo y de defensa, por la miseria de sus actos y su esencia), Argentum nitricum y Thuja. Los individuos Syphilinum son muy dados a comportamientos insistentes y absurdos, con un cierto trasfondo de culpa y calamidad. Detrás de estos impulsos, ritos y supersticiones hay una gran acumulación de ansiedad, que solo a través de estas actuaciones obsesivas puede atemperarse; si no realiza el comportamiento obsesivo, se continúa acumulando la angustia. En muchos niños, sin embargo, podemos observar estos rasgos compulsivos mucho menos marcados que en adolescentes o adultos; el niño Syphilinum tiene el impulso de contar objetos similares, lo cual es común en muchos niños, que pueden contar automóviles del mismo color o personas con ropa determinada; lo que distingue a esta personalidad es que puede hacerlo por muy largo tiempo; pueden también ser muy obsesivos con la limpieza, sobre todo con su higiene personal. Si no se asean o bañan diariamente pueden sentirse incómodos o incluso ansiosos. Más característico es el impulso de lavarse las manos de manera continua o muy frecuente, a veces sin darse cuenta. Niños que lloran demasiado, desde que nace llora de manera ininterrumpida*: pensemos en este nosode en bebés que nunca lloran o nunca dejan de llorar; llora como por un extremo dolor. Su llanto transmite angustia. Nada los calma, el consuelo, desde muy pequeños, tiene un efecto contraproducente.
Físicamente, y como la mayoría de los grandes Nosodes (Carcinosin, Medorrhinum, Tuberculinum, etc.), suelen tener un aspecto físico un tanto extraño o singular de alguna manera. Estos sujetos solitarios y de hábitos fuera de lo común, suelen ser delgados, pálidos y de miradas muy vivas o penetrantes. Pueden tener sonrisas enigmáticas o incluso llegar a reírse abiertamente de las desgracias ajenas (sus dientes tienen son asimétricos o presentan concavidades anormales, dientes cóncavos que no crecen*). Niños delicados y enfermizos que suelen agravarse de noche; muy ansiosos y tendientes al insomnio, con dolores o afecciones nocturnas que pueden llegar a ser insoportables o inexplicables. Syphilinum, como Anacardium puede tener personalidad múltiple. Los síntomas iniciales a edades tempranas son pensamientos persistentes, desagradables sin ninguna relación o sustento real. Surge de su mente y allí permanecen obligándolo a realizar toda clase de acciones absurdas, todo lo cual, con el paso de los años se irá recrudeciendo y tornando mucho más patológico.
Niños hijos de criminales o de alcohólicos que heredan el alcoholismo aún sin contacto con sus padres, repitiendo patrones destructivos y retorcidos a lo largo de su vida. Individuos que pueden llegar a ser extremadamente violentos, sobre todo ante la mínima oposición, que como Medorrhinum, Tuberculinum, Arsenicum y Belladonna puede mostrar crueldad y sadismo hacia los animales. El síntoma único “Fatalismo”* (en el Repertorio Universal de van Zandvoort) expresa, en gran medida, la visión negativa y lóbrega de la vida de este remedio, lo cual es muy característico de los grandes medicamentos homeopáticos del miasma syphilitico. Sin embargo, en el caso de Syphilinum observamos una cierta fascinación por este carácter transitorio, efímero y perecedero de la vida. No solo la muerte le causa fascinación sino todos los eventos aciagos y terribles, como Arsenicum se puede congratular, desde muy pequeño, por calamidades y grandes desastres; las manifestaciones destructivas de la naturaleza, como en el caso de Carcinosin, lo excitan y lo llenan de energía. Sin embargo, a diferencia de Arsenicum, esta fascinación por lo fatal no es de carácter personal sino una postura filosófica ante la vida, una proyección de su propia condición destructiva y degenerada: simbólicamente, los órganos alterados, bífidos, dobles y asimétricos son muy característicos del remedio, reflejo del permanente conflicto por el desequilibrio y la dualidad enfrentada de su alma.
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