› MAYO 2018
Tratamiento homeopático de las infecciones
Por Gilberto Quintero Ramírez
La homeopatía puede ser realmente eficaz en el tratamiento de toda clase de infecciones. Sin embargo, es muy importante no alejarse de la perspectiva integral para buscar la semejanza. Homeopáticamente, asimismo, las infecciones pueden ser cualitativas o cuantitativas. A diferencia de un antibiótico, la homeopatía no destruye directamente los microorganismos patógenos sino que optimiza la reacción inmunología en su contra, en un marco de máxima adaptabilidad biológica y dinámica. Así, el Semejante no erradica el germen sino que equilibra su medio restándole patogenicidad. Una infección cualitativa es aquella que sí es posible manejar homeopáticamente pues tiene un sustento dinámico más que mecánico o cuantitativo. El medicamento semejante disminuirá la intensidad de los síntomas y el tiempo de evolución. Suele haber procesos exonerativos que marcan esta evolución como fiebre, secreciones y síntomas emocionales reactivos: llanto, irritabilidad, etc. La infección cuantitativa no se puede manejar homeopáticamente porque no es dinámica sino que está determinada por exceso de microorganismos patógenos (septicemias, por ejemplo), pero la homeopatía aun así puede ser auxiliar al tratamiento convencional.
Es fundamental que la semejanza se sustente bajo una estricta individualidad. Esta individualidad en estos casos puede tener tres formas distintas y fundamentales de manejo clínico: 1.- A través de síntomas notables. Sobre todo en casos muy agudos deberá basarse la prescripción en la presencia de algún síntoma peculiar, raro y sobre todo extraordinario (extrapatologico o paradójico, fuera de contexto patológico) y sobre él armar un diagnostico con los demás síntomas típicos. Ejemplo: Un paciente con migraña que se mejora con la luz artificial. Así la ausencia de algún signo o síntoma clásico de la infección (dolor, fiebre, inflamación, rubor, etc.) o la presencia de otros síntomas aparentemente ajenos pueden ser de mucha relevancia. Baptisia: severas infecciones de orden purulento incluso, pero sin dolor sobre todas respiratorias o incluso septicémicas (Opium, Arnica, Sulphur). Calcarea carbonica: ausencia de fiebre en infecciones muy crónicas o recidivantes (Bar-c.: Sin fiebre y sin dolor en niños inmunosuprimidos). Ignatia: infecciones asociadas a estados emocionales intensos y repentinos como penas agudas. Infecciones evidentes sobre todo respiratorias, que no mejoran. Trasfondo psicógeno, síntomas alternantes y paradójicas. Natrum muriaticum: crónicas (o agudas), con creciente intolerancia a los antibióticos (Calcarea carbonica, Tuberculinum, Silicea, Syphilinum, Thuja, Sulphur), con síntomas muy poco definidos. Sulphur: Muy útil en infecciones de toda clase, sobre todo renales, que carecen aparentemente de cualquier síntoma, diagnosticadas por examen de laboratorio. Sulphur puede estar muy indicado en los casos opuestos, donde hay síntomas graves (fiebre, dolor, rubor, etc.) pero laboratorialmente no hay nada. En este mismo caso, síntomas únicos o característicos pueden ser muy ilustrativos: orina con olor a orina de caballo: Nitricum acidum, Benzoic acid, Sepia. Deseo de bebidas calientes a sorbos: Arsenicum. Una mejilla pálida y fría, y otra caliente y roja: Aconitum, Chamomilla. Mejoría por helados: Causticum, Phosphorus. Deseo que le tomen la mano: Bismuthum, Arsenicum, Phosphorus. 2.- A través de combinaciones únicas de síntomas. Este manejo clínico es de mucha utilidad en casos agudos con más riqueza sintomatológica, consiste en ubicar un síndrome homeopático, es decir un grupo de signos, síntomas y modalidades o incluso rasgos y diagnósticos patológicos. Son combinaciones específicas de determinados remedios homeopáticos: Gelsemium = Fiebre + ausencia de sed + adinamia. Mercurium = Fiebre + agravación nocturna + violencia de síntomas. Arsenicum album = Dolores ardientes + mejoría por calor. Angostura = Infecciones agudas + deseo de café. 3.- A través de la presencia de síntomas mentales. Este es un punto clave pues tanto en procesos agudos o crónicos hay síntomas y rasgos mentales. Todo cuadro agudo suele tener algún o algunos síntomas mentales específicos de la situación. No es fácil encontrarlos en la mayoría de los casos pero pueden ser de gran utilidad.
Algunas de las recomendaciones más importantes en el manejo homeopático de una infección son las siguientes: buscar la presencia de los síntomas mentales agudos, distinguiéndolos con claridad de los crónicos de la personalidad. No temer, cuando sea necesario e indicado, el empleo de potencias más elevadas si el cuadro es muy semejante, sobre todo si se empleó con éxito la 6c o la 30c y ya no están actuando. En casos muy físicos o muy intensos se puede recurrir a las potencias más bajas que permiten una mayor frecuencia. En cuadros muy crónicos o recurrentes, donde no hay respuesta es válido pensar en los nosodes. No debe temerse prescribir un medicamento que no tenga indicación patológica o propiamente infecciosa si los síntomas mentales y generales son los semejantes.
Algunos remedios poco empleados en infecciones pero que son extraordinarios cuando se prescriben en semejanza son: Baptisia. Cuando hay severas infecciones de orden purulento. Excelente en faringoamigdalitis, cuando no hay dolor. Se recomienda iniciar cada media hora después cada hora e ir espaciando progresivamente. Baryta carbonica. Ausencia de fiebre en infecciones, con mala reactividad. Niños muy lentos y con cierto grado de deficiencia mental. Bismuthum está indicado en cuadros agudos de dolor abdominal en epigastrio, con inquietud, los niños quieren que la mamá esté con ella y les tome de la mano. Este suele ser un cuadro muy semejante al de Arsenicum album, por lo que suele manejarse de segundas instancia cuando el policresto ha fallado. Calcarea carbonica presenta ausencia de fiebre en infecciones pero con una buena reactividad, niños lentos pero inteligentes. Ignatia amara es un remedio que no suele pensarse en infecciones pero que está indicado cuando éstas están asociadas a estados emocionales intensos. Toses crónicas que no cedieron otros medicamentos aparentemente bien indicados en tos. Natrum muriaticum, que exonera de lo mental a lo físico, es uno de los principales medicamentos con creciente intolerancia a los antibióticos. Sulphur. Muy útil en infecciones de toda clase, sobre todo renales que carecen aparentemente de cualquier síntoma. Diagnosticadas por exámenes de laboratorio. Puede estar muy indicado en los casos opuestos, donde hay síntomas graves (fiebre, dolor, rubor, etc.), pero laboratorialmente no hay nada. Sulphur suele exonerar de lo físico a lo mental En infecciones que no ceden a tratamientos convencionales puede pensarse en Anthracinum en situaciones crónicas. Pacientes con infecciones antiguas, sistémicas, sépticas, que han tomado varios antibióticos y no encuentran la curación. Arsenicum album está indicado en debilidad extrema o deterioro desproporcionado. El paciente se ve mal en proporción al cuadro que tiene. Mucha agitación y desesperación. Angustia que se transmite a los padres. Mercurius vivus: cuando lo cualitativo tiende a volverse cuantitativo. Gran violencia de los síntomas que son altamente destructivos. Tendencia a la descomposición tisular. Pyrogenium: Puede utilizarse incluso con antibióticos en casos muy severos.
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