› DICIEMBRE 2008
Justicia adhatoda
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez
Es el medicamento preparado con el haba de Malabar, conocida también como Basaka o Singhee, siendo un pequeño arbusto que crece en el sudeste de Asia y que florea sólo en las estaciones frías. El nombre de Justicia es en honor de James Justice, un notable jardinero escocés. Adhatoda es el nombre local e indígena de la planta. En la India, bajo la prescripción ayurvédica, este pequeño árbol se ha utilizado por centurias en el tratamiento agudo y crónico de los desórdenes catarrales a nivel respiratorio, con excelentes resultados. En esta terapéutica milenaria está considerado como uno de los medicamentos más importantes y valiosos.
A nivel homeopático, una vez dinamizado, es un excelente remedio para la coriza de cualquier tipo y en bajo cualquier presentación patológica, con secreciones catarrales que se agravan por el calor, el paciente a duras penas soporta el calor de una habitación cerrada, agravándose sus problemas respiratorios y su tos; con un estado que parece estar entre Allium cepa y Euphrasia (Boericke) aún sin tener de manera marcada las afecciones oculares de Euphrasia ni la secreción tan acuosa y abundante de Allium, pero sí la condición general de ambos (Yingling citado por Vermeullen). Tiene de Allium cepa la tos sofocante y la sensación de plenitud en el pecho aún más marcadas, así como el dolor rasgante en la laringe, y desde luego la tendencia a las secreciones. Justicia puede recordar el estado congestivo de Aconitum, con la piel caliente y seca. Como Arum triphyllum, hay dolor ardiente en la laringe, tos sofocante y dolorimiento laríngeo. Justicia, sin embargo, suele caracterizarse por la tendencia a la severa constipación.
Este remedio presenta una sed excesiva por agua fría, debido a la gran sequedad de la boca; pero con pérdida marcada del apetito. Todas las membranas mucosas tienden a estar tremendamente secas (nariz, boca, laringe).
Un síntoma muy peculiar de Justicia es la anosmia y la ageusia (pérdida del olfato y del gusto), lo cual suele darse de manera simultánea y acompañando las afecciones respiratoria más típicas del remedio. Otros medicamentos importantes de la ageusia y la anosmia simultáneas son Phosphorus, Lycopodium y Natrum muriaticum.
Es un remedio excelente en los cuadros respiratorios alérgicos cuando se presentan con terribles accesos de estornudos, con lagrimeo y pérdida del gusto y olfato, como se mencionó; la secreción nasal es muy abundante y acre, con tos severa que puede llegar a desembocar en verdaderos cuadros asmáticos. Esta tos es descrita por el paciente como agotadora y violenta, con una marcada sensación de estrechez y rigidez en el pecho, como si la mucosidad acumulara fuera tan abundante que hiciera estallar la cavidad torácica, el paciente se ve sofocado y refiere sentir una tremenda obstrucción en nariz y garganta, lo cual lo torna muy ansioso e inquieto. Puede presentar rigidez de todo el cuerpo, con temblores que, en algunos casos, son tan violentos, que desembocan en verdaderos cuadros convulsivos. La tos es coqueluchoide, raspante, desgarrante y muy dura.
Edema e inflamación de las manos y los pies, sobre todo antes del mediodía, con escalofríos y gran sensibilidad.
A nivel mental, lo que caracteriza el cuadro de Justicia es una marcada hipersensibilidad, sobre todo a las impresiones externas. Esta gran sensibilidad hace del paciente un individuo vulnerable e impresionables, pero lo que distingue al remedio de otros sensibles e impresionables, como Argentum nitricum, Ignatia, Calcarea carbonica o el mismo Phosphorus, es su gran irritabilidad. Ante la acumulación de estímulos externos, el enfermo reacciona con gran molestia e intolerancia ante todo y ante todos. Estos sujetos se enojan muy fácilmente,a veces sin una causa definida o precisa, montando en cólera por cualquier circunstancia que los moleste, sea de índole personal o eventual, como si en realidad su malestar fuera el resultado de una progresiva acumulación de tensión interior. El enojo, que puede desembocar en verdadera cólera o cólera violenta, tarda mucho en desaparecer y da lugar a un estado de malhumor continuo que se agrava por la mínima conversación. Muy característico es que Justicia no tolera charlar ni hablar con nadie y si se ve obligado a hacerlo suele sentirse muy incómodo o, incluso puede manifestar una agravación general por la conversación, con progresiva rigidez corporal y sensación de dificultad para respirar.
Con el paso del tiempo y a medida que la patología evoluciona y se recrudece, los enfermos que precisan de este medicamento tienden a deprimirse notablemente, pero su depresión se distingue por estar mezclada con una muy profunda irritabilidad, una especie de intolerancia a la vida y a todo lo que conforma su entorno cotidiano; se vuelven individuos muy melancólicos, ansiosos al grado de la angustia y temerosos de todo lo que les rodea debido a la profunda impresión que, por su sensibilidad, todo les causa.
Autores contemporáneos refieren su empleo en cuadros de anorexia y bulimia, cuando, además de una total pérdida del apetito, el paciente presenta una tendencia excesiva e incontrolable a los vómitos. Estos pacientes anoréxicos y bulímicos se caracterizan por una irritabilidad desmesurada, con gran intolerancia a su familia y total renuencia a hablar de sus problemas y padecimientos. Sobre todo cuando ha habido antecedentes de supresiones de afecciones respiratorias, especialmente asma, con medicamentos inmunosupresores, como corticoides.
Una tríada signológica característica es la sensación de sofocación con flemas rayadas en sangre, y aumento de la temperatura corporal. Igual de característico puede ser la tos que termina en estornudos o que se acompaña de los mismos.
Es un medicamento que se ha usado con gran éxito en las primeras fases de la tuberculosis, cuando hay muchos esputos sanguinolentos y las membranas mucosas están secas, especialmente en la boca y en la garganta, con una gran sed.
También es de mucha importancia en las afecciones hepáticas cuando hay asimismo pérdida del apetito con constipación obstinada.
Podría considerarse un específico cuando convergen los siguientes síntomas: Afecciones respiratorias de cualquier tipo (resfriados, tos, condiciones catarrales, asma, coriza, bronquitis, neumonía, tuberculosis), expectoración sanguinolenta, fiebre elevada, ictericia, vómitos, sed, pérdida del apetito y constipación crónica.
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