› FEBRERO 2011
Niños hiperactivos (Segunda Parte)
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez
En el presente boletín se listan y se analizan los medicamentos homeopáticos menos conocidos, pero de gran utilidad en el tratamiento de la hiperactividad en niños y otros desórdenes clásicos de conducta. Estos remedios, aunque de gran utilidad y eficacia clínica, han quedado a la sombra por diversas causas, algunos por tener sus indicaciones sustentadas en hallazgos clínicos y terapéuticos muy recientes, otros por haber sido opacados por medicamentos más famosos o utilizados, a veces, de manera sistemática.
Agaricus: Indicado en niños y adolescentes muy intensos y reactivos, dramáticos y apasionados, que parecieran estar sobreactuando todo el tiempo. Estos pequeños pacientes pueden ser muy perturbadores para los adultos por su tremenda intensidad. Actúan como si fueran profetas o pudieran tener visiones y realizar conjuros mágicos. Gran locuacidad con fuerza física aumentada, en niños con graves deficiencias intelectuales que mejoran al anochecer.
Arnica: Además de ser el medicamento de los traumatismos es, por excelencia, el remedio de la negación como mecanismo de defensa ante las dificultades y adversidades de la vida. Niños que después de traumas se niegan a aceptar cualquier realidad o situación, como el divorcio o muerte de sus padres, o la llegada de un nuevo hermano, comportándose con agresividad y distanciamiento. No quieren involucrarse ni contactar con nadie, cuando se les cuestiona sobre lo que les sucede, niegan reiterativamente cualquier problema.
Bufo rana: En cualquier caso donde converjan hiperactividad, deficiencias intelectuales severas y gran proclividad a la masturbación o al pensamiento sexual obsesivo. Oligofrenias extremas con gran violencia.
Carcinosin: Los niños que responden a este nosode suelen ser muy propios, tranquilos, racionales y excesivamente maduros y responsables. Pero también está indicado cuando se presenta la polaridad opuesta: Muy brillantes o incluso geniales, pero con gran inmadurez emocional, lo cual los convierte en verdaderos inadaptados sociales. Rebeldía sistemática sustentada en el intelecto, con gran ingenio; desprecia a todos por considerarlos incapaces intelectualmente. Actos de venganza y conductas muy inestables en niños que anteriormente fueron alumnos modelo y muy disciplinados.
Cina: Medicamento indicado en niños muy agresivos y reactivos, que no pueden estar quietos y a quienes nada les satisface. Se asemeja a Chamomilla y a Tuberculinum, siendo a nivel de personalidad una especie de combinación de ambos. El niño no sabe lo que quiere y reacciona de manera disruptiva y destructiva. No soporta que le hablen ni que lo toquen. Llora si no se hace su voluntad, golpeando y pateando.
Hepar sulphur: En niños altamente destructivos y, sobre todo, sádicos; disfrutan haciendo daño (como Anacardium), para lo cual poseen un ingenio instantáneo. Gran fascinación por el fuego y por las armas de fuego, así como por todo aquello que puede serle de utilidad para causar daño a seres vivos. Intelectualmente no es brillante, se muestra torpe y su gesto puede llegar a ser de imbecilidad.
Iodum: En pacientes de todas las edades cuando hay gran ansiedad combinada con inquietud e impulsos violentos. Peor por no comer. El niño no puede estar quieto en ningún instante. Malhumorado y muy irritable, todo se lo toma a mal, sensible y susceptible, no soporta bromas de ningún tipo, cree que se burlan de él.
Lachesis: Uno de los medicamentos más importantes en la inquietud extrema en niños, así como en toda clase de desórdenes de conducta. Subutilizado por su aplicación sistemática en mujeres menopáusicas. El niño Lachesis, sobre todo de sexo femenino, es celoso, traicionero, egoísta y muy locuaz. Gran tendencia al engaño y a la tergiversación de las cosas. Uno de los remedios más importantes en niñas a las que les cambia completamente el carácter a consecuencia de la pubertad y la adolescencia, volviéndose astutas, alevosas y manipuladoras.
Lycopodium: Cuando los desórdenes de conducta están sustentados en una extrema falta de confianza en sí mismo; niños cobardes o pusilánimes que aprenden a manipular y a engañar para mantener una imagen ante los demás de eficiencia y valor. Estos niños y adolescentes pueden no mostrar conductas agresivas físicas pero suelen ser tramposos y engañosos con gran maestría, llegando a manipular o a engañar a padres y maestros. El niño Lycopodium aterroriza a otros niños utilizando el chantaje y la violencia psicológica. En terapia y ante las autoridades se mostrará solícito y cooperativo, pero ante los niños más débiles expondrá toda su frialdad y sadismo, buscando poder, reconocimiento y la buena opinión de los demás.
Phosphorus: Es un niño o un adolescente usualmente encantador, cálido, empático y muy sociable; su gran problema estriba en su total falta de límites. A estos niños les cuesta reconocer las limitaciones propias de su edad, respetar lineamientos y distinguir los ideales y ensoñaciones de la realidad. Suelen ser demasiado ingenuos e impulsivos, constándoles mucho asumir responsabilidad y disciplina. En algunos casos, como en Sulphur, y especialmente en la adolescencia, pueden mostrarse altamente apáticos y reacios a toda actividad física. Le cuesta mucho salir de su área de confort.
Rhus tox.: Este es uno de los medicamentos más importantes de la hiperactividad cuando se manifiesta en su parte más física. Estos niños poseen un exceso de energía pero de índole corporal: No pueden dejar de moverse, aún dormidos, aunque muchas veces esto es involuntario o inconsciente. El niño Rhus tiende también a las actividades reiterativas o rutinarias, costándole mucho trabajo cambiar de dirección en sus hábitos y actitudes.
Sulphur: Muy semejante a Phosphorus en su naturaleza apática y soñadora, sin embargo, Sulphur es un niño o adolescente impersonal y usualmente indiferente a los demás. Puede, sin embargo, mostrarse monomaníaco en temas determinados, al grado de la obsesión.
Syphilinum: Como en todos los nosodes, el niño o adolescente de este remedio tiende a ser psicópata o sociópata. Gran fascinación por los temas relativos a la muerte, al deterioro de la vida y al lado más oscuro de la condición humana. Muy inteligentes pero con graves dificultades para integrarse realmente a la sociedad. Es un niño muy retraído y sombrío, con deseos y gustos morbosos, pensamientos de muerte, enfermedad y degradación. Sin llegar a ser verdaderamente sádico puede estar obsesionado con causar daño o dolor a otros seres vivos, o impulsos malsanos o destructivos incontrolables desde edades muy tempranas, todo esto aunado a gran inteligencia o creatividad, o por el contrario, verdadero deterioro intelectual combinado con impulsos altamente perniciosos.
Thuja: El niño o adolescente de este medicamento, en su afán de hacer de todo un secreto y de su ánimo suspicaz, al grado de la paranoia sistemática, puede llegar a desarrollar conductas obsesivas o ritualistas, comportamientos supersticiosos o maníacos. Adolescentes obsesionados con la noción de ser feos, inadecuados u obesos (como Lac maternum), con tendencia a aislarse de la sociedad y cuestionarlo todo.
Zincum: Gran hiperactividad que suele enmascarar verdaderos cuadros de retraso mental. Niños con ansiedad e inquietud crecientes que los llevan a molestar a los demás de forma incontrolable. Gran irritabilidad y susceptibilidad.
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