Boletín Homeopático


ENERO 2005

ELEMENTOS DE LA MATERIA MEDICA COMPARADA V: LLANTO.
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez

Los síntomas únicos se indican con un asterisco *.

   Aunque el llanto es una característica notable y distintiva de ciertos medicamentos, el hecho emocional y vital de llorar es un acto de inherente humanidad, una actitud sana y común de los seres humanos. Por ello, mas que ser un síntoma el llanto mismo, lo homeopático es el cómo, el por qué y el para qué del acto de llorar. Tan sintomático es el paciente que no puede llorar, como en el caso de Ignatia o Natrum muriaticum, como el paciente que no puede dejar de llorar, como la misma Ignatia o en algunos casos Pulsatilla. Un llanto que no cumple con la función exonerativa de disminuir la tensión interior acumulada no es sano, como tampoco lo es aquel que sustituye otras funciones o circunstancias del ser humano.

   Apis llora aparentemente sin causa, día y noche*, por todo*, aun dormida pero en realidad su llanto es el lamento inconsciente ante la desventura de que nadie le reconozca su entrega y compromiso, por eso tiene inquietud alternando con esa tristeza lacrimosa. Calcarea carbonica, cuyo llanto es más lloriqueo y quejido, llora fácilmente, durante el escalofrío, por reclamos, regaños y adversidades, por bagatelas y al aire libre. Pero en el fondo, lo hace por sentirse una paria en el mundo, desconectado por su lentitud en la acelerada realidad actual, Por ello, como a Natrum mur., también le agrava el consuelo.

   Justiciero, sensible, compasivo, idealista y a la vez estructurado y muy racional, Causticum llora ente la injusticia, de coraje y frustración. O dormido, cuando sus muros intelectuales reposan en el limbo de los sueños. Graphites, en cambio no sabe por qué llora con precisión, pero lo mejora notablemente en todos los aspectos. Su llanto surge de una mente embotada que no desea entender el mundo, llora por rebosamiento y para exonerar, de manera ansiosa, oyendo música grave y sonora, como la del órgano*.

   Como su piel, su conciencia y su mente están encallecidas, aisladas del mundo exterior, por ello solo algo tan abstracto y profundo como la música resonante y de tonos graves puede sacudirle. Por lo mismo, Graphites puede alternar su llanto con risa e irritabilidad por las mínimas bagatelas*. En cambio, Ignatia llora con toda conciencia y vocación, desde muy pequeña y de todas las formas posibles, con la intensidad más extrema de la Materia Medica.

   Sus lágrimas alternan con gestos* o con risa (o pasan instantáneamente de uno a otro sin aparente pausa, de la forma más histérica), llora espasmódicamente o en contra de su voluntad. Pero como todas sus emociones cuando Ignatia llora, mueve a los que les rodean, perturba y desconcierta, o contagia de la más ambigua e indefinida desazón. Ignatia llora cuando no debe o ante sucesos que debieran moverle a la risa (o al contrario). ....Su llanto es paradójico, imprevisible, explosivo, aparece inesperadamente como una tormenta en el día más soleado y grato, y con los mismos efectos.

   Kali bromatum, sujeto maniaco, depresivo, inconstante, embotado y excitable, sumido en delirios megalomaniacos de ser el elegido para la venganza divina, insomne por excelencia, es uno de los remedios con el llanto más paroxístico, sobre todo cuando es sin causa, involuntario y fácil.

   Lycopodium es un individuo que no suele llorar, pues el hecho de derrar lágrimas es un rasgo de vulnerabilidad y de pérdida de control ante él mismo y ante los demás, por ello trata de controlarse a toda costa, nunca expresa emociones de ningún tipo ni llora jamás. Sin embargo, Lyc. Es uno de los remedios con el llanto más fácil en ciertas circunstancias (especialmente por las tardes, de 4 a8 p.m.*) y cuando su economía se ve deteriorada. Nunca llora, pero cuando lo hace es de manera intensa, sonora y sollozante. Llora cuando le agradecen y por las circunstancias más triviales, mostrándose sentimental en extremo, al grado de la lágrima barata. Todo esto es debido a la renuencia a tocar sus sentimientos verdaderos, es más fácil llorar porque le agradecen o lo elogian que para sanar su interior y contactar con su minusvalía interior. Su llanto sollozante es por rebosamiento, no por propia voluntad.

   Algunos Lycopodium llegan a cursar con extremas depresiones, con sensación de terrible desaliento y pérdida extraordinaria. Natrum muriaticum no llora tampoco por propia voluntad y pone todo su empeño y conciencia en no hacerlo, pues el llanto aliviaría su dolor interior y éste es su mayor tesoro, no quiere librarse del sufrimiento ni de la pena, porque estos dignifican su ser y le dan valía ante el mundo. Pero por lo mismo, el llanto muchas veces se presenta por sí mismo, en contra de su voluntad, y siempre es amargo, acre, retador. Al contrario que el de Pulsatilla, que es suave, dulce e invita al consuelo y al acercamiento (al grado incluso de la coquetería o la manipulación), el llanto de Natrum tiene como finalidad alejar a los demás e incluso culparlos tácitamente de su estado. Estos individuos pueden llorar también por penas ajenas, por el sufrimiento de los demás, en una aparente compasión, cuando en realidad lo hacen como un acto de completo egoísmo, pues Natrum hace propias las penas de los demás, sin compartirlas, empleándolas como espejo y receptor de su propio dolor egoísta.

   Phosphorus en estado de relativo equilibrio, es un individuo tan feliz y pleno que puede llegar a llorar sin dejar de reír, sin que esto tenga que ver con la naturaleza histérica del llanto de Ignatia que pasa de la risa a las lágrimas o lo externa de manera invertida. Phosphorus puede llorar con la misma facilidad y fluidez que Pulsatilla, invitando a los demás no sólo a acercarse si no a llorar también, de la manera más exonerativa y liberadora que podemos encontrar en la Materia Medica. No es un llanto que intente llamar la atención o manipular de algún modo, es una proclamación de su esencia personal, de su completo desapego y libertad.

   Sulphur nunca llora, y si llega a hacerlo (sobre todo a las II de la mañana*) es por pura y absoluta felicidad, pues esta clase de individuos jamás contactan con el dolor, su existencia es la más plena y feliz de toda la Materia Medica, por algo es el más optimista de todos los remedios, aunque su optimismo sólo sea una manifestación de su extraordinaria naturaleza evasiva. En estados de avanzado deterioro algunos individuos Sulphur pueden llorar sin causa, de una manera impulsiva e incontrolable, con la ominosa y lóbrega sensación de una depresión extrema e indefinida. El llanto es la menopausia* es notable, así como a l despertar o por ira.

   Y cabe recordar que todos los medicamentos homeopáticos al iniciar su acción curativa pueden producir llanto, exoneración y encarnación por excelencia de la Ley de Curación, mediante el cual el hombre –al igual que con la risa- alcanza por instantes la inmortalidad y la condición divina el enfrentar consciente su condición más trascendente. 

 
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