› JULIO 2004
NUEVOS MEDICAMENTOS DE LA PERSONALIDAD XI: MAGNESIA MURIATICA
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez (Autor del libro "Reparemos el Sistema Inmunológico")
Esta personalidad, que se caracteriza por ser básicamente femenina, tiene muchas reminiscencias de Apis, Silícea y Staphysagria. Las mujeres Magnesia muriática suelen ser de las más industriosas y responsables de toda la Materia Medica, además de ser mediadoras y pacificadoras por excelencia. Son muy pacientes, tenaces y sobre todo resistentes, pueden trabajar y estar activas por mucho tiempo sin manifestar cansancio alguno, nunca pierden su buen humor y su carácter suave y dulce (son muy agradables antes de enfermarse). Por lo mismo, se les ha comparado con las hormigas: Son laboriosas, obedientes, perseverantes (a veces obstinadas), positivas, y muy conscientes de las necesidades de los demás (desean que todos sean felices), con gran sentido comunitario, pero sobre todo con un elevado sentido del deber.
Sin embargo, en su afán de ser tan propositivas, activas y efectivas, estas personas se comprometen en extremo y, como Phosphorus, tienen serias dificultades para poner límites, lo que ocasiona que con el tiempo se agoten y pierdan su ánimo positivo y optimista.
Magnesia muriática al ser una de las personalidades con el sentido del deber más desarrollado, sabe que ineludiblemente debe hacer lo que se tiene que hacer. Menciona mucho frases como: “tengo que hacerlo” o “debo de...”, uno de sus motores existenciales es su afán pacificador. Estas personas no soportan que los demás tengan confrontaciones, dificultades o peleas, aun cuando estas circunstancias le sean completamente ajenas harán todo lo posible por solucionar esos conflictos.
Desde niñas, las personas Magnesias muriática se sienten agobiadas en extremo cuando sus amigos discuten o sus padres pelean, al principio se limitan a observar dichas confrontaciones sin inmiscuirse, después tratan de ofrecer soluciones o al menos de distraer a las partes en conflicto. Los niños de esta personalidad alteran su comportamiento en cualesquier sentido cuando sus padres discuten o están comenzando a pelear, lo hacen con la finalidad de distraerlos pues en lo más profundo de su ser se sienten responsables de sus actitudes, sobre todo si en las primeras ocasiones logran interrumpir o suspender la confrontación. Estas circunstancias suelen contribuir, en gran medida, para que desarrollen con el tiempo un sentido del deber hipertrofiado y se sienten responsables del bienestar de los demás.
Algo muy importante es que Magnesia muriática, por lo general, no encara ni cuestiona para solucionar los problemas de los demás, no es cobarde pero lo que realiza lo hace tras bambalinas, en secreto o de manera sutil. Trabajan mucho, aportan mucho y se esfuerzan mucho pero nadie se da cuenta, sobre todo porque no inciden en la raíz de los problemas, por lo cual éstos tienden a reincidir y Magnesia vuelve a sentirse comprometida para solucionarlos. Lo cual contribuye fuertemente a su desgaste en todos sus niveles. Muchas mujeres de esta personalidad se caracterizan por el elevado grado de efectividad en todo lo que hacen, son mujeres que trabajan en empleos muy remunerativos y tienen bastante éxito financiero, dedican tiempo a su desarrollo y crecimiento personal (es común que estudien toda la vida y tiendan a tomar clases para crecer en todos los ámbitos como personas), se comprometen firmemente en tareas de apoyo comunitario y social, además se las arreglan para mantener su casa en perfecto orden y armonía, atienden a sus hijos e incluso cocinan con creatividad y muy buen sazón, Todo lo hacen bien. Además son muy dulces, amorosas y atentas con sus maridos. Sin embargo, esta naturaleza tan rica y fructífera descansa en un intenso sentido del deber, en una responsabilidad que raya en la compulsión, y en el afán de evitar que los demás tengan vicisitudes o problemas. No es algo espontáneo y natural sino que les genera gran estrés. Con el tiempo tantas tensiones y responsabilidades llegan a exceder sus límites (aún la hormiga soporta varias veces su peso tiene un tope), comienza entonces a desarrollar un carácter acre, como si la acidez invadiera todos los niveles de su vida, se amargan y tornan muy irritables e intolerantes (sensibles a todo y a todos, no soporta ruidos ni voces), sin embargo no dejan de realizar sus deberes y responder a todo lo que se les pide, aunque ya no con tanta efectividad y sin el ánimo positivo y grato que les caracterizaba.
Comienzan a presentar cansancio a todas horas (síndrome de fatiga crónica) y sobre todo una tremenda ansiedad, que se agrava especialmente al despertar de mañana (duermen muy mal o sienten que no descansan) o al acostarse y cerrar los ojos*, (como si algo en lo profundo de su mente les impidiera relajarse y descansar) lo cual obliga a levantarse y seguir activas, ansiedad mientras come*, con distensión abdominal*, estando en su casa o mientras lee. Especialmente característico de esta faceta es el sueño no reparador (quizá el más marcado de la Materia Medica) así como la agravación matutina al despertar. Cuando se levanta Magnesia refiere sentirse terriblemente, estado que a veces no logra describir con toda precisión pero que refleja un estado de intoxicación física y mental. También entonces empieza a manifestarse las alteraciones hepáticas tan típicas de este remedio (uno de los más afectados a nivel del hígado, junto con Lycopodium, Chelidonium, Cardus marianus, etc.), Magnesia muriática puede llegar a desarrollar cirrosis severa entre otros trastornos.
Un poco más adelante, se tornan hoscas, taciturnas, de humor muy acre y desagradable, se aíslan de todos, aun de su familia, volviéndose indiferentes, introspectas y embotadas, rehuyen la conversación y la compañía al grado de la misantropía, se sienten separadas o abandonadas, se llenan de insatisfacción, de frustración, de pena y de tedio. Se presenta miedo que se intensifica en proporción de la gravedad de los desórdenes hepáticos. Temor a los ladrones. Y no obstante persisten con todas sus actividades, quejándose y volviéndose erráticas e ineficientes pero si cejar en sus denodados empeños por mantenerse responsables. Una tríada sintomática que se presenta en las fases más patológicas se caracteriza por la nostalgia, la hipocondría y la histeria. Acompañada ésta, por gran inquietud y ansiedad en cama.
Muchos síntomas mentales (como ansiedad o la confusión mental) se agravan después de la comida más fuerte, lo cual es indicativo del deterioro hepático de esta persona pero también simboliza la permanente incapacidad para digerir la realidad.
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