Boletín Homeopático


OCTUBRE 2011

100 Boletines: La Homeopatía
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez

   Con motivo del centésimo boletín homeopático Hasler queremos brindarle a la comunidad homeopática nuestro más profundo agradecimiento y reiterar que nuestro quehacer tiene como finalidad la gratuita exposición del conocimiento homeopático.

   La Homeopatía, la gran terapéutica de los semejantes, a través de los medicamentos dinamizados y previamente experimentados en individuos relativamente sanos, es capaz de sanar todas las enfermedades, aunque no necesariamente en todos los enfermos. Estimula la vitalidad y la capacidad de reacción y adaptación de ser humano, teniendo siempre algo que ofrecer a todo tipo de pacientes y personas, desde la gente más sana hasta los enfermos más crónicos o incurables. Los medicamentos homeopáticos tienen las mismas indicaciones, no caducan y se aplican en cualquier tipo de paciente que tenga las mismas características pues es una terapéutica basada en leyes naturales respetuosas de la condición humana. La Homeopatía no cura sino que estimula a la propia condición humana a que se cure a sí misma: ayuda y estimula las funciones propias del organismo para que se repare, para que funcione de manera óptima. Al ser dinámica no es tóxica ni tiene contraindicaciones si se prescribe correctamente, no posee efectos secundarios ni genera adicción o tolerancia. La Homeopatía no es invasiva ni sustitutiva. Los medicamentos homeopáticos actúan como catalizadores de las funciones humanas, tanto físicas como emocionales, asistiendo y optimizando los procesos naturales sin interferir.

   Características de la Homeopatía:

   Eficaz: Aspira a la curación verdadera, más que al control o la paliación. Consistente: Sus indicaciones y bases no cambian ni caducan. Natural: Está fundamentada en leyes y principios naturales y universales. Segura: No es tóxica ni tiene efectos colaterales peligrosos. No existe riesgo de envenenamiento aun por accidentes o errores. No hay residuos químicos ni inhibe la acción de sustancia alguna. No invasiva: Jamás bloquea ni altera los procesos naturales del organismo, la homeopatía actúa como un catalizador de la propia naturaleza humana, tanto a nivel físico como mental e integral. No supresiva: No bloquea ni debilita órgano ni función alguna. Fácil de utilizar: A pesar de su complejidad a nivel profesional, puede ser de gran ayuda en cualquier circunstancia inmediata o aguda. Orientada a la familia e ideal para todas las edades. Respetuosa de la individualidad: Actúa en función de los rasgos y características de cada persona.

   Preventiva tanto a nivel agudo, como crónico o mental. Optimiza las potencialidades: A diferencia de cualquier otro sistema terapéutico, la homeopatía es tan útil en circunstancias agudas y físicas como en procesos de gran cronicidad y complejidad, pero también puede cambiar las susceptibilidades inherentes y genéticas de las personas, optimizando al ser humano tanto a nivel físico como psicológico. Incluso es capaz de apoyar el desarrollo humano en todo sentido. Bajo costo: Comparativamente, y por sus alcances, los medicamentos homeopáticos son extremadamente accesibles económicamente.

   La Homeopatía está indicada en un muy amplio rango de condiciones que van más allá de lo que normalmente se esperaría de cualquier sistema médico, combinando los aspectos más preventivos con los más clínicos, así como el desarrollo humano y el tratamiento psicológico. La homeopatía es holística: Ve al ser humano como un todo coherente y pleno.

   Así, puede estar indicada en: Condiciones agudas: Aquellas auto limitadas y usualmente de corta duración, y que se consideran relativamente superficiales al no poner en riesgo inmediato la vida ni la viabilidad orgánica. Más que reducir los síntomas y aliviar las molestias, los remedios homeopáticos promueven la verdadera reparación de los tejidos y previenen consecuencias a largo plazo. Condiciones crónicas: Por crónico entendemos aquel tipo de padecimientos que tienden a la larga duración y, sobre todo, a no resolverse de manera espontánea, sino a la agravación paulatina y progresiva. La Homeopatía, ejercida a nivel profesional, se caracteriza por ofrecer verdaderas opciones de curación en este tipo de patologías y, cuando esto no es posible, una verdadera calidad de vida y un óptimo control. La homeopatía juega también un rol fundamental en el auxilio de los moribundos y de los enfermos terminales, ayudando a los pacientes en este difícil tiempo de transición espiritual, ofreciéndoles una mayor claridad, conciencia y serenidad. Prescripción constitucional: Todas las formas de medicina tratan las enfermedades agudas y crónicas, pero la homeopatía se caracteriza por ofrecer otra y única aproximación clínica, la cual no es viable en ningún otro sistema médico. Esta es la homeopática constitucional, la cual trata a la persona como una totalidad, tomando los síntomas físicos y psicológicos como parte de un todo. Así, se busca encontrar un medicamento que cubra todos los rasgos y aspectos de la persona, este medicamento optimizará el metabolismo, la adaptabilidad psicológica, el tipo corporal, las predisposiciones genéticas, el historial médico así como los síntomas presentes. Para este tipo de prescripción no es necesaria la presencia de la “enfermedad”, y su finalidad no solo es curativa sino optimizadora.

   La Homeopatía puede enfocarse desde tres niveles diferentes y progresivos de acción sobre la condición humana: 1. Físico: Enfermedad. Capaz de curar todo tipo de afecciones orgánicas. 2. Psicológico: Enfermo. Capaz de optimizar los procesos de salud y adaptación psicológica, incluyendo circunstancias de mayor patología emocional, como enfermedades mentales. 3. De transformación personal: Individuo / Persona. La Homeopatía es la única terapéutica capaz de optimizar la personalidad del ser humano, activando potencialidades y modulando las limitaciones propias del individuo. La acción de la homeopatía en su nivel más elevado y profundo estimula la Conciencia y el Desarrollo Personal. De lo anterior se desprende también que la homeopatía tiene diferentes formas de prescribirse dependiendo de qué rasgos y síntomas sean los que se tomen como referencia: Con base a la totalidad sintomática: Tomando en cuenta todos los síntomas, tanto físicos como mentales, tanto generales como particulares. Con base a las modalidades distintivas: Buscando la modalidad más peculiar, sobre todo cuando es general. Con base a los síntomas mentales: En función de los síntomas mentales peculiares, de las conductas extrañas y de los rasgos y caracteres presentes a nivel emocional, afectivo, intelectual y volitivo. De suma importancia los deseos y aversiones, tanto a nivel mental como alimenticio. Con base a la Personalidad Homeopática: En función de la personalidad del paciente. Más que los síntomas mentales, lo que se toma en cuenta es la forma en que el individuo funciona psicológicamente de manera personal. 

 
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