› DICIEMBRE 2004
GÉNESIS DE LAS GRANDES PERSONALIDADES HOMEOPÁTICAS (PRIMERA PARTE)
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez
¿Por qué se originan las personalidades homeopáticas? ¿Qué es lo que determina que alguien termine siendo Natrum muriaticum, Arsenicum, Pulsatilla o Lycopodium? ¿O que nazca con dicha personalidad? Las respuestas a estos interrogantes son demasiado complejas y variadas para exponerlas cabalmente, puesto que el proceso dinámico de la génesis de las personalidades homeopáticas es, como la propia naturaleza humana, algo imposible de aprehender en toda su vasta dimensión. Pero podemos decir, fuerzas básicas: La herencia (dinámica, miasmática, biológica, social, etc.), el entorno y el medio ambiente (y en realidad, todo aquello que rodea al individuo a lo largo de su vida) y, por último y quizá mas importante, el propio libre albedrío de cada ser humano (el deseo implícito e inexplicable que mueve desde su conciencia y voluntad a cada persona a elegir su rumbo en la vida).
Los dos primeros aspectos suelen decantarse en gran medida en la dinámica familiar, quizá lo más determinante, aunque no lo único, en la formación de la personalidad y el carácter. A continuación se exponen brevemente algunas de estas situaciones, las cuales dan lugar a las personalidades más importantes. Cabe mencionar que estas circunstancias no son exclusivas ni imprescindibles sino solo comunes y frecuentes.
Anacardium suele ser el producto de una infancia terrorífica, inenarrable; son niños que sufrieron toda clase de abusos, incluyendo el abuso sexual y la mayoría de las veces por parte de algún progenitor; su mente, para sobrevivir, se divide o fragmenta: Una parte sigue receptiva al afecto tan vital para subsistir mientras que otra se encarga de albergar el odio o cimentar el más extremo olvido. No hay personalidad más sádica ni tampoco más amnésica, aunque ambos aspectos no suelen coincidir en un mismo individuo.
Argentum nitricum, por otra parte, es el resultado de la dinámica actual donde el tiempo es el enemigo a vencer, nadie lo posee en la medida suficiente, todo se hace de prisa y de manera egoísta y competitiva, se pierde de vista al prójimo o se le niega. Argentum es hijo del estrés, de la premura, de los tiempos y los valores modernos.
Arsenicum album resulta de un entorno opresivo, frío y miserable (más a nivel afectivo que financiero). Sus padres son seres mezquinos, evasivos a veces, presas del autoengaño, frugales en efecto (como Lyc., Sulph., Staph. o Nat-m.). La inseguridad vital que caracteriza a Arsenicum y se manifiesta en su miseria a todos los niveles, es heredada, la mas de las veces, de unos padres distantes y ambivalentes, que lo tratan con frialdad o incluso agresión, sin dar explicación alguna. El pequeño Arsenicum ha recibido el legado de un mundo caótico y sin finalidad alguna.
Aurum metallicum es el resultado de la negación vital en su máxima expresión, el niño Aurum jamás recibió afecto, ni en la mínima cantidad, quizá porque sus padres no lo tenían tampoco o quizá porque consideraban que así acrisolarían su temperamento, lo cual en realidad sí es cierto: Aurum, con el rey Midas, convierte en riqueza todo lo que toca. Es el epítome del éxito pero su minusvalía autodestructiva lo conduce irremisiblemente a la muerte.
Calcarea carbonica puede verse como el resultado de la confluencia de las manifestaciones de la psora en un relativo equilibrio. Cautela ante el mundo, pareciera ser la pauta que hereda el pequeño calcarea de sus padres y de su entorno (al contrario de Calcarea phosphorica, que es búsqueda, exploración anhelo de novedad y aventura) Y al contrario también de Ignatia, hija de la paradoja. La naturaleza impulsiva, instintiva y apasionada de Ign. es el resultado de alguna influencia notable sycósica, generalmente alguno de sus progenitores o ambos (Nux-v.), sin embarco su entorno o su otro progenitor posee una psora muy equilibrada y tendiente a las estructuras, lo cual da como resultado – cuando la personalidad se presenta sana- las múltiples capacidades y habilidades de esta mujer.
En el caso de Ing. patológica, la confluencia de excesiva psicosis se suele aunar a una naturaleza idealista o evasiva (phos., Sulph).
Lachesis es el resultado, usualmente, de una represión sistemática y continua de los sentimientos, emociones, afectos y especialmente la sexualidad de una niña naturalmente intensa y un tanto precoz. Todo esto con una elevada carga de culpa que termina asentándose en las áreas más profundas del inconsciente.
A Lycopodium, el gran trimiasmático, lo anteceden los moldes culturales más pétreos y represivos, el culto social a la posesión y al poder (incluso como símbolos falsos de masculinidad), todo esto aunado a una dinámica familiar de gran ambigüedad y frialdad afectiva. Un padre duro, tirano y castrante (usualmente también Lyc. o Ars.), una madre evasiva, chantajista emocional o dignificada en su humillación (Staph., Nat-m), y un entorno social que rinde el más fanático culto al éxito financiero y a la acumulación de bienes y brillo social, son los factores más determinantes para que se geste esta personalidad tan común. Sin embargo, quizá los elementos más notables sean el enmascaramiento falaz como método de competencia social, la ambigüedad moral como estandarte y la escisión sexo-amor, todo lo cual se transmitía tácticamente de una a otra generación.
Mercurius, como todo los grandes syphilliticos es el resultado de la acumulación trasgeneracional de supresiones reiterativas, transgresiones múltiples y coincidencia del miasma de la destrucción, lo bizarro y lo perverso. Algunas veces la acumulación de la psora (con su impulso hacia la irresoluto hacia la contravención) puede decantarse en la syphillis, cuando por reiteración este impulso se materializa y acumula. Un alto grado de insatisfacción vital e intolerancia hacia su medio puede estar detrás de este tipo de personalidades (Caust., Nat-m.).
Pudiera decirse que al ubicuo Natrum muriaticum lo generan, como en el caso de Lyc., más las fuerzas sociales que las familiares. Pero aunque esto es muy cierto, son más determinantes las circunstancias inmediatas. Aunque es casi de dominio público que la causa de la personalidad Natrum es el condicionamiento afectivo en todas sus formas, cabe señalar que no es la única vía. Natrum también resulta de la decepción afectiva crónica, sobre todo cuando es hacia sí mismo o de la dignificación de la derrota. En última instancia Natrum contraviene el orden al basar su sistema de valores, no en el bien amado, sino en la ausencia del mismo.
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