› MAYO 2012
Ammonium carbonicum
Por el Dr. Gilberto Quintero Ramírez
Ammonium carbonicum es un medicamento de gran utilidad en obstrucción nasal, especialmente cuando se presenta en la noche y en niños, incluso bebés. El tipo de paciente que refieren las Materia Medicas que es el más propenso a caer en el cuadro de este medicamento es aquel que se caracteriza por tener sobrepeso aunado con flaccidez corporal, sujetos que se agotan muy fácilmente y que padecen cansancio crónico, llegando a presentar verdaderos estados de colapso que se agravan al aire libre.
Llama la atención que entre sus síntomas mentales se encuentre la aversión a bañarse con tendencia a ser desaseado y sucio, especialmente en niños (como lo presentan Sulphur y Psorinum), así como una verdadera ansiedad hipocondríaca que llega al grado de la simulación de padecimientos, con rasgos de histeria conversiva.
Sin embargo, autores como Frans Kuse en su libro Children’s Types (Tipología constitucional en los niños) y George Vithoulkas en su Materia Medica Viva, y con base a su experiencia clínica, exponen y desarrollan un cuadro mucho más amplio y profundo, al grado de considerarse un verdadero remedio de la personalidad, lo cual, dado su origen mineral, tiene todo el sustento.
Así, Ammonium carbonicum es uno de los principales medicamentos para los conflictos de toda clase con la figura paterna, especialmente en niños y adolescentes, con todas las consecuencias que este tipo de trastornos implica.
Desde edades muy tempranas, los niños Ammonium carbonicum tienden a idealizar todo con respecto a su padre. Su papá es el mejor papá del mundo, el padre más sabio, más fuerte y más grande de todos. Puede hacerlo todo y lo sabe todo. Y por “padre” no necesariamente debemos entender al padre biológico, sino que puede ser cualquier persona del sexo masculino que asuma este rol para el niño o al que éste perciba como tal: un maestro, una figura de autoridad, el padrastro, un abuelo, etc. Y mientras tienen una buena relación con esta figura, estos niños sienten, a la vez, que son capaces de enfrentar y resolver cualquier cosa. La mayor tragedia para estos niños es cuando sufren una decepción con respecto a esta imagen paterna idealizada. Es entonces cuando toda la admiración se convierte en odio, resentimiento, aversión o indiferencia. Este tipo de cambios suele presentarse cerca de la adolescencia, cuando el niño, de cualquier sexo, se percata de la falibilidad o incluso de la ambigüedad por parte de su padre. Muchas veces el evento detonante es una grave desilusión, abandono o agresión por parte de su progenitor. A raíz de este momento, el niño se torna amargo, resentido, apartado y, sobre todo, silencioso. Son niños y adolescentes que no expresean sus sentimientos, especialmente, sus sentimientos de enojo, frustración o tristeza. Puede quedarse quietos y sentados, escuchando un sinfín de preguntas, con la mirada fija y perdida, y sin pronunciar palabra u opinión alguna; como si estuvieran, bloqueados, se han cerrado completamente al mundo exterior. A partir de este momento es cuando se tornan desaliñados, sucios o, incluso, francamente indiferentes a su persona. En esta fase se suelen presentar sinusitis crónicas, resfríados que se complican y afecciones respiratorias, tales como asma, las cuales tienen un fuerte contexto emocional.
Mientras más fuerte es la idealización de la persona, más fuerte la decepción y más fuerte e instaurado el proceso de negación e indiferencia. En este sentido, los niños Ammonium carbonicum sufren una decepción mucho más intensa y grave que la mayoría de los niños, al descubrir que su padre es un ser humano ordinario. En este mismo sentido, muchos niños de otros medicamentos pueden caer en Ammonium al sufrir una grave decepción por parte de su padre, sobre todo cuando éste se desvía en muy grande medida de las expectativas infantiles, tornándose silenciosos y con la ira contenida y reprimida en grado máximo. Estos niños suelen volverse desobedientes y con una total falta de interés.
La sociedad con todas sus reglas y lineamientos y las autoridades de todo tipo corresponden simbólicamente con la figura paterna. Es por ello que estos niños al volverse adolescentes y adultos tienden a presentar toda clase de conflictos con estos elementos sociales pues todo lo que sucede en su entorno es observado y juzgado de la misma manera, y con la mismo recelo y desconfianza, que al padre. En la juventud, muchos sujetos Ammonium carbonicum se vuelven rebeldes o anarquistas, luchando, como Causticum, contra las injusticias de la sociedad. Pero mientras que en Causticum prevalece, en el fondo, un afán idealista de orden y consenso, en Ammonium carbonicum existe una desilusión incurable ante estas figuras y estructuras por lo que representan inconcientemente. Por ello, estos pacientes tienen siempre un matiz de extremismo y radicalidad.
Estos individuos siempre lucharán por algo: Por el medio ambiente, por los animales en peligro de extinción o por los más necesitados. Sin embargo, estas cruzadas no los liberarán del profundo dolor y la amarga decepción que tienen en su interior; por ello sus actividades siempre están matizadas de rebeldía y provocación. La protesta contra el orden establecido siempre es visible en estos pacientes, ya sea en su forma de vestir, de comportarse o de hablar, o incluso en su falta de interés por los grandes temas humanos. La gente Ammonium se puede confundir con Sulphur, son apáticos, extravagantes y desaliñados, solitarios y apartados de la sociedad. Pero mientras Sulphur es movido por la haraganería y la indiferencia, Ammonium carbonicum es impulsado por la protesta y el descontento.
Conforme avanza el tiempo y sus patologías, tienden a desarrollar muchas complicaciones respiratorias, a acumular peso y a tornarse pasivos e indolentes en extremo. Ammonium carbonicum se siente desconectado de la vida y sus riquezas, suele ser un individuo fracasado y con graves problemas financieros: por algo la palabra “Patrimonio” resuena con la palabra “Pater” (padre), la vivencia del padre determina en gran medida la capacidad de los seres humanos de tomar de la vida lo necesario para desarrollarse. En estas fases de mayor deterioro, comienza a cansarse en extremo de todo, se torna exhausto sin motivo alguno, como si se negara a asumir la riqueza de la vida misma, llegando al extremo de sentirse cansado y hastiado de la vida sin un motivo definido. En etapas finales manifiesta manchas escarlatas por todo el cuerpo, el cual puede llegar a tornarse rojo, como si emergiera la rabia ante el padre acumulada por muchos años.
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